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Letra fresca

 

Uno que cambia de sexo en un viaje de ida y vuelta a La Habana. Otro que cambia de pasaporte y no regresa. Uno que se echa a dormir pero despierta del otro lado, en una pesadilla que no recordaba ya. O visita su casa natal y se da de bruces con un peculiar inquilino. Venganzas, suplicatorias, testamentos... y siempre la maledicencia que nos mitifica aquí o allá. No hay asilo posible. Malas lenguas es la narrativa del ir y venir que define las coordenadas de un exilio interminable y banal, hilvanada con la sal de los malos recuerdos.

 

...parece un autor norteamericano más que cubano, preciso pero envolvente desde la irreverencia y el sentido del humor. ARMANDO AÑEL

Neoclub Press

No hay experimentación en estos cuentos, solamente una narrativa tradicional impecablemente lograda... Prosa eficaz sin alambicamientos líricos, precisa y cortante.  ROBERTO MADRIGAL 

Blog Diletante sin causa

En algunos de [estos relatos] es posible adivinar, oculto entre el humor y la ironía, un extenso abanico de malos recuerdos y una larga nómina de antiguos rencores.  MANUEL C. DÍAZ

Crítico literario

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